Aunque los gorrones, la caliza y la pizarra abundan en La Ribera, el adobe se utilizaba para corrales y para el segundo piso y la tabiquería de las casas; así se aligeraba peso y se reducía el tiempo de construcción. Esto y la abundancia de barro explica que sea uno de los materiales más utilizados por todas las civilizaciones (la ciudad más antigua del mundo, Çatalhöyük del 7.000 a.d., está hecha de adobe).
Terminados los trabajos de trilla y antes de la vendimia se hacía adobe para reparar corrales y casas, aprovechando el calor del verano. Para ello se mezclaba barro con paja, batiéndolo bien con una caballería y/o con los pies hasta conseguir una masa homogénea. Luego se rellenaba un molde para obtener adobes rectangulares (como los ladrillos pero algo más pequeños), que se ponían a secar al sol.
El procedimiento ha sido siempre parecido y no requiere especialización. Lo que lo hace diferente en los pueblos de La Ribera es la calidad del barro (arcilloso, muy consistente) y su abundancia, por lo que muchas veces el adobe se hacía junto al corral a reparar. Aun se ven en nuestros pueblos, incluso alguna casa como esta (Puebla de Valles)
Lar-ami