La trilla


En La Ribera, los haces se amontonaban hasta que la siega se daba por concluida, a finales de julio. Los trabajos de trilla comenzaban extendiendo la mies por toda la superficie de la era de forma homogénea, con una altura no superior a  15 cms. Las eras estaban empedradas con gorrones; había muchas (más de 15 en Puebla de Valles) y de pequeño tamaño.

Al mediodía, cuando apretaba el calor y se había evaporado el rocío, comenzaba el trabajo del trillo de pedernal, sobre el que se situaba el hombre y del que tiraba la mula. Dando vueltas de forma sistemática sobre la mies se conseguía granar el trigo y tronzar la paja. Luego se recogía el resultado y se amontonaba a un lado de la era.

Ya solo había que esperar un día ventoso para separar el grano de la paja: con una pala se lanzaba  contra el viento, cayendo el grano a un lado y la paja a otro. El grano se guardaba en sacos que luego se subían a las cámaras  y la paja se llevaba a cuadras y corrales (aqui apenas había pajares al aire libre; ahora si, pero de alpacas).

Lar-ami


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