Arrieros, pescadores y molineros en el Catastro de la Ensenada


En el siglo XVIII, las caballerías eran el medio de transporte habitual en un entorno en el que escaseaban los carriles y predominaban los caminos de herradura. Los labradores tenían sus propios animales de carga y algunos también ejercían de arrieros (a tiempo parcial). Como en Muriel, donde había tres que ganaban 200 reales/año cada uno. 140324 ARRIEROS

Pero también los había que se dedicaban solo a este oficio. En Alpedrete, el pueblo tenía contratados a 2 arrieros a los que pagaba 400 y 500 reales al año por “viajes de utilidad al municipio”. En Valdepeñas el arriero obtenía, con 1 macho y 1 borrico, 1.500 resales al año.

No había  pescadores en el Jarama, quizás porque el Monasterio de Bonaval lo tenía acotado y arrendado de pesca en su territorio. En el río Sorbe se criaban truchas, barbos, anguilas blancas y bogas. Había un pescador en Muriel (ganaba 600 reales/año) y dos en Beleña, que ganaban entre ambos una cantidad similar. Este pueblo declara su puente árabe, declarando que no renta nada.

El oficio de molinero tenía un cierto prestigio, además de ingresos. En Beleña sacaba 100 ducados/año, en Muriel 1.100 reales y en Tamajon un real  cada día del año, una vez  pagada la renta.

 Lar-ami


2 respuestas a “Arrieros, pescadores y molineros en el Catastro de la Ensenada”

  1. Mi tatarabuelo daba trabajo a muchos arrieros, fabricaba alcohol, he visto fotos con la calle llena de carros y mulos. Ya mi bisabuelo compró el primer coche que llegó al pueblo. Siguió con la empresa pero destilando plantas y elaborando licores, es la Destilería Julián Segarra. Recuerdo contarle como se llevó con el coche a una pareja de Xert de luna de miel a Vinaròs (30km.) a ver el mar. Eran otros tiempos, ahora encontramos normal bajar a la playa a tomar un café y volver, ya que escasamente estás en 20min.

    • Una gozada recordar estas estampas que nos parecen tan lejanas y que han formado parte de nuestra historia desde hace miles de años. Aprovecho para recordar que en algunos pueblos de La Ribera solo habia caminos de herradura (por lo agreste), por lo que los carros no se utilizaban.

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