Promotor de la Orden de San Basilio en España, aprobada por el Papa Pío V en 1.568, Mateo de la Fuente nació en Almiruete en 1524 y estudió Artes en Salamanca. Un ermitaño le convenció para que dejara la universidad y se dedicara a la vida de anacoreta. Así lo hizo y junto a tres compañeros se asentó en la sierra de Hornachuelos (Córdoba), utilizando pequeñas cuevas próximas entre si como ermitas individuales.
Eran vegetarianos, no aceptaban limosnas y se alimentaban de lo obtenido con sus manos. Su vida se basaba en la soledad, la oración y el ayuno. Mateo se ordenó sacerdote en 1.561, cuando la congregación ya contaba con 40 ermitaños, siendo nombrado abad perpetuo por Pío V cuando aprobó la orden y le otorgó privilegios (exención de la justicia ordinaria, construcción de una iglesia,…)
La fama de su virtud se extendió por todo el país (estamos en la Contrarreforma), siendo venerado por nobles y plebeyos. A su muerte en 1575 le siguió un periodo de corrupción y el declive del ascetismo, que retornó con fuerza en 1.703 en las proximidades de Córdoba, en el paraje conocido como “Las Ermitas”. La orden se extinguió en el siglo XIX.
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