Los problema del Monasterio de Bonaval con vecinos y renteros


  • En 1.711 el prior Fray Agustin Morquecho impuso en el contrato de arrendamiento de Las Huelgas y el Castillo la siguiente claúsula ”no pedirán rebaja por causa de niebla, de piedra u  de otro accidente”.
  • Fray Huberto Serrano da permiso a los vecinos de Valdesotos para que pasen con sus carretas por coto redondo para sacar el carbón obtenido en la dehesa boyal La Rambleña, “pero solo por esta vez sin que se pueda alegar costumbre”

Sean estas algunas muestras de la falta de generosidad de los monjes con sus renteros en el siglo XVIII, recogidas por el Dr Jurado. A finales de siglo, los vecinos habían perdido el miedo a los monjes.  En 1.775 el prior Narciso de la Mata notificó a los alcaldes de Valdesotos que unos ganaderos habían entrado en el Monasterio, con ganado y gente armada, amedrentando a los monjes y causando destrozos. Se pusieron dos guardas jurados pero siguieron las agresiones de los campesinos.

En 1.777 el teniente de alcalde de Bonaval (aparece por primera vez Bonaval como villa) acudió al justicia de Tamajón para denunciar las heridas recibidas por dos guardas jurados (Bernardo y Ramón Martin) al enfrentarse a vecinos de Valdesotos que penetraron en el coto, armados y con escoltas.

Dada la situación de la villa de Bonaval (cuyos habitantes se reducen a los monjes, sus criados, una casa, el molinero y su familia) y siendo repetidos los insultos de los ganaderos, el  prior Rafael Cañivano nombra guardas jurados a dos criados del Monasterio, Jose Velamazan y Jose Escovar, en 1.779.

Lar-ami


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