El Monasterio de Bonaval en el siglo XVIII


Las disputas entre monjes y Monasterios del Cister continuaron en este siglo. Intervino el papa Alberoni, Clemente XI, con otra bula (la Tripartita, año 1.710) que confirmaba la anterior (bipartita), pero dividiendo el territorio en tres zonas. El problema no se resolvió sino todo lo contrario, a pesar de la intervención del Felipe V.  Clemente XII dictó otra bula en 1.738 (la Cuatripartita) que dividía el país en 4 regiones Galicia, Castilla Vieja, Castilla Nueva y Resto)  con 10 abadías cada una. Los cargos serían trienales y se repartirían de forma equitativa. Aunque llevó unos años implementarla, fue la solución definitiva (sigue vigente).

El Monasterio de Bonaval no fue ajeno a esta crisis. Como en el siglo anterior, muchos priores pasaron por aquí camino (o de vuelta) de Montesión. Parecía que su único objetivo era consolidar propiedades y aumentar rentas, sin consideración hacia los campesinos que nadaban en la miseria (cuando no en el hambre).

Esta intransigencia, rayana en la crueldad, generó un malestar creciente en los pueblos vecinos. Los campesinos perdieron el respeto (miedo) a los monjes. Se produjeron incidentes donde intervino la justicia y hasta se derramó sangre (lo  contaremos otro día).

Lar-ami


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