La villa de Bonaval


La única mención a la villa de Bonaval aparece en el contencioso que el Monasterio mantuvo con el Arzobispado de Toledo por los diezmos hasta finales del siglo XVIII. No sabemos si corresponde a una argucia y/o una realidad histórica.

El Dr Jurado recoge un documento presentado en agosto 1.796 por el apoderado de la abadía de Montesión, Josef Fernando González y Sarmiento, donde se afirma que “Bonaval fue y sigue siendo villa en esta fecha” de acuerdo con las declaraciones de seis vecinos de Retiendas:

  • Tenía distintivo de villa, con horca y jueces para  civil y criminal.
  • Una iglesia parroquial (del monasterio) y un único párroco (el abad de Montesión) que ejercía la “cura animorun” por medio de monjes y priores de Bonaval.
  • En ella se realizaban todos los actos y oficios propios de su función, manteniendo pila bautismal y ofreciendo todos los sacramentos.
  • Que en ella se han enterrado cadáveres de vecinos y forasteros, recibiendo estipendio  (aporta un apunte de 1.660  por el cobro de 4 reales por el entierro de un niño) y el testamento de la mujer de Alonso Martin  (septiembre 1.557) en el que ordena que “su cuerpo sea enterrado en la claustra postrera del monasterio y que su albacea pague por la sepultura según lo que era costumbre”.
  • Que Bonaval recibía diezmos y primicias como derechos de rompimiento de sepulturas (aporta un apunte del libro de cuentas del monasterio de 18 reales por abrir dos sepulturas).

El hecho es que junto al camino (GR-10), adosadas al muro que circuncidaba el coto, se conservan ruinas de lo que bien pudieron ser  alojamientos  del personal al servicio del monasterio. Se distinguen tres construcciones de sillarejo y  sillares que marcan la puerta de acceso al recinto.

Lar-ami


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