En Guadalajara hay más de 500 ermitas catalogadas, con matrícula (EGU- xxx número del pueblo), y 182 reciben el nombre de Ermita de la Soledad. En La Ribera, sólo Muriel, Alpedrete, Retiendas y Valdesotos carecen de ella; algunas están en ruinas (Tamajón, Puebla de Beleña, Almiruete) y otra se llama de San Sebastián (Valdepeñas).
Fueron construidas entre los siglos XVI y XVIII por fervor popular durante la Contrarreforma y todas son parecidas: cuadradas, con sillares de caliza, tejado a cuatro aguas y un sello rural inconfundible. Su interior suele estar pintado de blanco (sin respetar medallones, arcos, …) como protección, según la costumbre de la época.
Ubicadas junto al cementerio, servían de velatorio de los difuntos. Una lámpara de aceite ardía todas las noches, encendida por alguna vecina que así pagaba su promesa a la Virgen de la Soledad. Aquí se guardaban los exvotos de los fieles por las gracias recibidas (una pierna de madera, un brazo de cera,..) y en algunos sitios, los pasos de Semana Santa.
Renacentistas o Barrocas, con o sin pórtico, todas tienen una sencillez encantadora. Puebla de Valles, Beleña de Sorbe, la Mierla y Tortuero presumen de ermita, especialmente esta última, recientemente restaurada.
Lar-ami